El caos (palabra que deriva del griego, Χάος Kháos o cháos) habitualmente se refiere a lo impredecible.Caos deriva de la raíz indoeuropea *ghn o *ghen del protoindoeuropeo.En tal aspecto filosófico y, especialmente, epistemológico, se ha tendido a asociar el caos con la incapacidad del hombre de atender a todos los hechos de un espacio concreto y en un instante determinado, teniendo que asumir los conceptos de aleatoriedad, indeterminado, aleatorio, incertidumbre... en oposición al orden o a una posible ratio o logos.Desde la segunda mitad del siglo XX el azar (equiparable en términos profanos al caos) y la necesidad (sentimiento natural que empuja a toda especie animal a buscar en cierto modo el orden) son observados, por ejemplo por Jacques L. Monod como dos aspectos complementarios biunívocos en la evolución de lo real, en otras palabras: existen momentos de caos en cuanto son partes de caos ordenado, o mejor dicho, varios órdenes que son partes de un inmenso caos.Cuando se procede a catalogar un sistema caótico, se espera poder inferir las propiedades que generan las causas de los efectos visualizados con base en teorías pasadas que fundamentan dicha inferencia y dan la base para nuevos conocimientos, teorías y comportamientos del medio.