[6] Esta situación empeoró para los vecinos colindantes a la cárcel, quienes fueron víctimas de otros delitos.
En un restaurante cercano, una turba pasó a saquear el local, para finalmente ocasionar un incendio cortando una manguera de gas en la cocina.
[6] El incendio posteriormente, se propagó por cinco viviendas, cuyos dueños, más tarde, recibieron una indemnización por parte del Estado de Chile.
[6] En 2013 surge un amago de incendio como protesta por un allanamiento a los internos cual derivó en nueve personas intoxicadas.
[9] En 2017 se habló nuevamente el traslado de la cárcel a Chillán Viejo, sin resultados efectivos.