La palabra alemana para ‘estribo’, steigbügel, dio origen al yidis beigl (‘bagel’).[1] Sin embargo, esta historia es discutible, ya que se sabe que las roscas de pan eran un regalo frecuente a las mujeres que acaban de parir tan pronto como a principios del siglo XVII en las comunidades judías de Polonia.El beigl se extendió entonces por todas las regiones con una población judía significativa, alcanzado pronto el sur de Rusia y Ucrania,[2] donde recibió la influencia de productos rusos (principalmente las baranki de Moscú) y griegos (κουλούρι, koulouri)[3] parecidos y donde obtuvo su forma actual: un anillo de masa aproximadamente el doble de grande que un bagel convencional con una textura mucho más densa y seca, porque las recetas rusas parecidas suelen ser muy secas y crujientes.Se preparan añadiendo levadura a una mezcla templada de leche, azúcar y mantequilla, que se mezcla con harina, sal y clara de huevo.Entonces se deja reposar la masa en un lugar templado hasta que dobla su tamaño.También son mucho más duros que los bubliks, siendo necesarios mojarlos en té o café antes de comerlos.