Brunch

La primera vez que se escribió sobre el brunch fue en la revista satírica inglesa Punch en 1896.

[1]​ En esa época, las familias británicas de clase alta solían dar el domingo libre a los sirvientes, y estos preparaban un bufé para que, durante todo el día, sus jefes pudieran servirse.

Los alimentos servidos suelen ser los mismos que en un desayuno habitual, como puede ser los huevos estrellados, hojuelas, salchichas, tocino, jamón, frutas y bollos.

Los bufés pueden tener quiches, grandes porciones de carne asada o ahumada, aves, mariscos, salmón ahumado, ensaladas, sopas, verdura, etc, todo ello acompañado de diferentes panes tostados y artesanales.

Los platos típicos del brunch suelen ser los panqueques o tortitas, tostadas francesas, gofres, y platos salados donde el huevo suele ser el protagonista, como los huevos Benedict, entre muchos otros.

Brunch preparado para servirse