Aunque es menos común que el borohidruro de sodio, la sal de litio ofrece algunas ventajas, ya que es un agente reductor más potente y muy soluble en éteres, y su manipulación es más segura que la del hidruro de litio y aluminio.
La reactividad mejorada en muchos de estos casos se atribuye a la polarización del sustrato carbonilo por complejación con el catión litio.
[2] A diferencia del análogo de aluminio, no reacciona con grupos nitro, ácidos carbámicos, haluros de alquilo o amidas secundarias y terciarias.
[8] Aunque esta reacción suele ser espontánea y violenta, se pueden preparar soluciones acuosas algo estables de borohidruro de litio a baja temperatura si se utiliza agua destilada y desgasificada y se evita cuidadosamente la exposición al oxígeno.
En comparación, la gasolina da 44 MJ/kg (o 35 MJ/L), mientras que el hidrógeno líquido da 120 MJ/kg (o 8,0 MJ/L)[nb 1] La alta densidad energética específica del borohidruro de litio lo ha convertido en un candidato atractivo para proponer como combustible de automóviles y cohetes, pero a pesar de la investigación y la promoción, no se ha utilizado ampliamente.