Con quince años su padre le embarcó a la península para que cursara en Madrid la carrera de Medicina; se decidió, sin embargo, por estudiar Leyes, materia en la que más tarde se licenció en Salamanca.
Años después empero Varona y Bonafoux fueron íntimos amigos en París, y el periodista le resolvió al duelista un problema pasional que le afectaba hondamente.
Las estrecheces económicas le acuciaban y, según cuenta en sus memorias, tituladas De mi vida y milagros, «Me nombraron director de minas (¡atiza!)
Allí dirigió La Campaña (1898); escribió también en Heraldo de París y en El Internacional.
Por entonces Bonafoux fue el primer periodista en describir las reuniones del Club Anarquista Internacional que por entonces se verificaban en Trafalgar Square.
Toda esta polémica está recogida en el libro de José María Martínez Cachero Hijos de la crítica, Leopoldo Alas Clarín & Luis Bonafoux Aramis.