Los nuevos diseños eran usualmente monoplanos bimotores, generalmente de construcción completamente metálica y mejorados para un alto desempeño y velocidad que les ayuden a evadir los cada vez más veloces cazas de la época.
Los ejemplos de bombarderos medianos de la Guerra Fría incluyen al English Electric Canberra (y su contraparte estadounidense Martin B-57 Canberra) y al Ilyushin Il-28 "Beagle" soviético.
[1][2][3] Esta nomenclatura era puramente semántica y burocrática, ya que tanto el B-47 como el B-52 eran mucho más grandes y tenían un desempeño y capacidad de carga mucho mayores a las de cualquier bombardero medio o pesado de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque este término ya no se usa más, se continuó con el desarrollo de aviones que realizan el papel de un "bombardero medio" más no llevan este nombre, siendo empleado en varios conflictos durante la Guerra Fría.
Entre estos se incluyen bombarderos tácticos tales como el Sukhoi Su-24 y el General Dynamics F-111 Aardvark, que tienen una mayor capacidad de carga de bombas y autonomía respecto a los cazabombarderos, pero son menores respecto a las de los bombarderos estratégicos.