Sabiendo que el futuro eran los reactores la Armada quería algo mejor, y más grande.
El avión debía llevar una bomba atómica, casi 5 toneladas de peso en aquella época, a grandes distancias.
Así sucedió finalmente y la Armada protestó, pero gracias a la previsión de Heineman el avión podría operar desde los portavions en servicio.
Avión naval bimotor de ala alta, con capacidad para operar desde portaviones y equipado con motores a reacción que colgaban en dos góndolas bajo las alas, que eran en flecha para tener mejores prestaciones de vuelo a gran altitud y velocidad.
Ese día se entregaron cinco A3D-1 were al Heavy Attack Squadron One (VAH-1) de la US Navy.
Se comenzó a entrenar en su rol de bombardero nuclear y la Armada pronto comprobó su gran autonomía cuando los aviones del VAH-1 durante unas maniobras despegaron del portaviones USS Shangri-la en el Pacífico y volaron asta su base en Jacksonville, Florida.
Años más tarde llegaría la versión EKA-3B, cisterna y aviones de contramedidas electrónicas en el mismo paquete.
Los KA-3B actuaron como avión cisterna embarcado, siempre se intentaba que durante las operaciones hubiera uno en el aire.
Además en Vietnam los aviones realizaron misiones de reconocimiento por toda la región, a veces clandestinas ya que oficialmente tenían prohibido sobrevolar algunas áreas.
Aunque más modernos y compartiendo la misma plataforma que el Grumman Intruder A-6 la Armada no vio con agrado como ahora eran necesarios más aviones y tripulaciones para realizar la misma función de avión cisterna.
En 1983 se creó el escuadrón VAQ-34 para proporcionar el entrenamiento electrónico hostil más realista posible.