Estas redes electrónicas pueden guiar a los aviones de interceptación contra la fuerza atacante.
Sin embargo, como la totalidad de estos sistemas dependen en gran medida del espectro electromagnético en lo relativo a inteligencia y operatividad, las fuerzas oponentes pueden utilizar otros dispositivos electromagnéticos para reducir su utilización óptima e incluso servirse de nuestro sistema.
Desde la invención del radar durante la Segunda Guerra Mundial, la guerra electrónica no ha cesado de progresar a pasos agigantados hasta constituirse hoy en día en el factor decisivo de la victoria.
Se trata del control selectivo de energía electromagnética o acústica emitida.
La EW es una evolución continua de equipos, tácticas y doctrina plenamente integrada en las fuerzas operativas.