Los peregrinos habrían compartido y transmitido este juego a los astures.
Durante el siglo XIX y principios del XX los bolos se convirtieron en la actividad lúdica más extendida en la comunidad.
Aun así es difícil establecer una relación directa entre estos juegos y los bolos actuales, cuanto y más que hay testimonios de juegos parecidos en culturas bien alejadas como la de Malasia o la América precolombina.
Estudiosos como Gerardo Ruiz Alonso, que cita al cántabro Julio Braun Trueba, consideran probable que las modalidades actuales practicadas en la zona cántabro-astur son el resultado de la asimilación de juegos franceses, ellos mismos influidos por los juegos alemanes.
Lamentablemente, fenómenos como la emigración rural, la competencia con nuevas diversiones como el fútbol llevaron a una cierta decadencia de los bolos.
Aunque las modalidades más populares (cuatriada, birle) resistieron bien, otras como los bolinos, el cuatrín de Cuideru quedaron en desuso.