Al provenir de una familia humilde abandonó pronto los estudios y comenzó a trabajar como obrero mecánico.
Sus primeros escritos fueron artículos en contra de la explotación obrera en los diarios El Comercio, La Defensa del Obrero y La Organización.
Con el romance La Güelina obtuvo en 1904 el segundo premio en un Certamen Científico-Literario que ganó Pepín de Pría.
Durante la Guerra Civil puso a salvo del fuego los restos de Gaspar Melchor de Jovellanos, que se encontraban en la gijonesa iglesia de San Pedro quemada por el bando republicano.
Es padre del humorista gráfico, cartelista y pintor Germán Horacio, y abuelo del actor Germán Robles.