La película es una metáfora sobre la dependencia a las estructuras sociales y la puesta en marcha de mecanismos desconocidos para sobrevivir.
[1] Sin embargo, Meirelles logró adquirir los derechos con la condición de que la película se desarrollase en una ciudad irreconocible.
Todos los personajes a excepción de Julianne Moore, fueron entrenados para simular la ceguera.
[1] Saramago había expresado, «Yo siempre me he resistido porque es un libro violento sobre la degradación social, la violación, y porque no quería que caiga en las manos equivocadas».
[15] Por esta razón, el autor de la novela recibió la visita en las Islas Canarias del productor Niv Finchman y el guionista Don McKellar, quienes finalmente lo convencieron para que vendiese los derechos.
[19] Sin embargo, la historia en el libro parece que se desarrolla en un momento distinto a su estimación inicial, de hecho se sugiere los años 60 o después, ya que en uno de sus pasajes un grupo de personas descubren por accidente un almacén equipado con electrodomésticos modernos como hornos microondas, lavadora de platos, etc. A pesar de todo, Meirelles decidió ambientar el filme en el siglo XXI, para que los espectadores puedan identificarse a los personajes y buscó un enfoque alegórico distinto.
[17] Meirelles describió que la novela era «muy alegórica, como una fantasía fuera del espacio, fuera del mundo», y que él al contrario prefirió tomar una dirección naturalista para comprometer a la audiencia y realizar una película menos «fría».
Después, trabajando en el guión, me di cuenta de que en la novela hay muchos niveles.
Se puede mirar desde un punto de vista psicológico y descubrir que en realidad los humanos somos muy primitivos.
Jugamos a ser civilizados y sofisticados, pero detrás de todo eso nos revelamos como lo que somos.
Desde un punto de vista más filosófico, político o social, vemos cómo se organiza una sociedad y cómo ésta colapsa cuando empezamos a estructurarla de nuevo».
Cuando tienes dos personajes en un diálogo, la emoción es expresada mediante la forma en que se miran las personas, a través de los ojos.
Duuvoort no sólo enseñó a los actores extras los gestos, también les infundió los estados emocionales y sicológicos de los invidentes.
[24] Sin embargo, São Paulo sirvió como el principal escenario de Blindness, debido a que el director percibió que esta ciudad tenía todas las características necesarias.