Aunque se le ha supuesto formado en Valladolid y en el entorno de Bartolomé de Cárdenas, los primeros trabajos documentados, como dorador y policromador, corresponden al ámbito palentino, donde podría haberse formado con su padre.
[2] En 1627, ya en Valladolid, cobró cinco mil cien maravedíes por pintar fingiendo piedra el balcón de la primera sobrecapilla de la catedral.
Como pintor de historias se le documenta en 1634 en Valladolid, cuando contrató con un tal Francisco Pérez la hechura de trece pinturas con asuntos de la historia sagrada y motivos devotos.
[2] Pero hacia 1637, de nuevo en Palencia, trabajó en el retablo de la capilla de San Sebastián de su catedral, con los martirios de san Antolín y de san Juan Bautista en las calles laterales, y san Sebastián y san Gregorio en la predela.
En el Museo de la Catedral Metropolitana de Badajoz se conservan sendos lienzos con las historias veterotestamentarias de Judit decapitando a Holofernes, firmado, y Sansón y Dalila, pinturas que Juan Antonio Gaya Nuño califica de «realismo fuerte» e iluminación tenebrista.