El anión se utiliza ampliamente en líquidos iónicos (como el bis(trifluorometilsulfonil)imida de trioctilmetilamonio), ya que es menos tóxico y más estable que los contraiones más "tradicionales" como el tetrafluoroborato.
Debido a su altísima acidez y buena compatibilidad con disolventes orgánicos, se ha empleado como catalizador en una amplia gama de reacciones químicas.
Por lo tanto, dependiendo del sistema utilizado, existe ambigüedad en cuanto a si se utiliza amida o imida para referirse al ácido original o al anión.
(Se ha hecho referencia al anión como amidato o imidato en un intento de distinguirlo del ácido).
[5] Desde entonces, la IUPAC ha recomendado (2013) que los derivados del nitrógeno aniónico se puedan denominar azanidas, por lo que bis(trifluorometanosulfonil)azanida sería un nombre aceptable e inequívoco para el anión bistriflimida.