Entre sus principales herencias se encuentra la creación iconográfica que definió el nuevo imaginario patriótico, entre los que se destaca el himno nacional, la oración a la bandera, escudo nacional, así como la construcción de monumentos conmemorativos.
Dichos festejos confluyeron en actividades realizadas por distintos actores como escuelas, comunidades, gremios, artesanos, obreros y la Iglesia Católica.
Al mismo tiempo se generó un acercamiento entre los países centroamericanos para con el objetivo de afirmar la reintegración federal.
Más allá de los festejos a nivel regional, cada país lleva adelante también iniciativas propias.
Además, se programaron conferencias, exposiciones, actividades especiales en bibliotecas, museos, municipalidades, producciones audiovisuales y libros, entre otros proyectos más.
[20] Se trata de Pacífica Fernández Oreamuno, Yolanda Oreamuno Unger, Anna Gabriela Ross González, María Teresa Obregón Zamora, Ana Rosa Chacón González, Luisa González Gutiérrez, Mireya Barboza Mesén, Olga Espinach Fernández, Virginia Grutter Jiménez, Estela Quesada Hernández, Adelaida Chaverri Polini, Manuela Tattenbach Yglesias, Carmen Naranjo Coto y Emilia Prieto Tugores.
[21] Esta distinción se suma al Benemeritazgo otorgado el 8 de marzo del 2012 a la “Defensora de las Libertades Patrias” y “Heroína nacional” Francisca Carrasco Jiménez (conocida como Pancha Carrasco), quien tuvo un rol fundamental en los movimientos post independentistas y la expulsión del invasor norteamericano William Walker de Centroamérica en 1856.
En torno al Bicentenario hay diversas lecturas históricas, políticas, culturales, económicas, algunas incluso divergentes.
[cita requerida] La configuración de éstas élites como redes familiares que fueron tejiendo alianzas estratégicas para sostener una privilegiada posición.
[26] El sociólogo político Samuel Stone expone cómo la configuración de estas élites se extendió a toda Centroamérica.