Betametasona

En 1947 sintetizó el Compuesto E, el cual sirvió para aliviar a pacientes con Artritis Reumatoide, y lo denominó “cortisona”.

El dipropionato de betametasona contiene dos ésteres, lo que lo hace más liposoluble y aumenta su capacidad para penetrar mejor en la piel.

[4]​ Se usa en enfermedades que responden al tratamiento local o sistémico con corticosteroides cuando se requiere un efecto sostenido y cuando el tratamiento oral o local es insuficiente, por ejemplo: Ésta vía es útil en el tratamiento de procesos en los que esté indicada la terapia sistémica con glucocorticoides, por ejemplo: asma bronquial, reacciones de hipersensibilidad graves, anafilaxia, artritis reumatoide juvenil, lupus eritematosos sistémico, dermatomiositis, enfermedad mixta del tejido conjuntivo (excluyendo esclerosis sistémica), poliarteritis nudosa; inflamación de la piel, incluyendo pénfigo vulgar, penfigoide bulloso y pioderma gangrenoso; síndrome nefrótico con lesión de glomerulonefritis con cambios mínimos, nefritis intersticial aguda; colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, sarcoidosis, carditis reumática; anemia hemolítica (autoinmune), leucemia aguda y linfática, linfoma maligno, mieloma múltiple, púrpura trombocitopénica idiopática; inmunosupresión en trasplantes en niños.

[6]​ La betametasona se absorbe rápidamente por vía oral, los niveles pueden medirse en sangre 20 minutos después de su administración.

[8]​ La betametasona, como otros corticosteroides, se une de manera reversible a las proteínas plasmáticas.

Un ensayo realizado en adultos sanos a quienes se les aplicó una dosis del medicamento, administrada vía intravenosa, tuvo como resultado que los niveles plasmáticos de betametasona tuvieron un pico entre 10-36 minutos después de su administración.

[9]​ Por vía intramuscular o intraarticular, esta pasa al torrente sanguíneo por una infiltración a través de los tejidos.

[8]​ Los metabolitos inactivos se excretan principalmente por los riñones al conjugarse con ácido glucurónico o con sulfato.

[5]​ Tiene actividad en otros sistemas, con efectos catabólicos y anabólicos: Las siguientes reacciones adversas a medicamentos e incidencias se derivan de la etiqueta del producto, a menos que se especifique lo contrario.

Frecuencia no definida: Cardiovascular: bradicardia, arritmia cardíaca, cardiomegalia, shock circulatorio, edema, embolia (grasa), hipertensión, miocardiopatía hipertrófica, ruptura miocárdica (después de un IM reciente), síncope, taquicardia, tromboembolismo, tromboflebitis, vasculitis.

Contraindicada en pacientes con hipersensibilidad al medicamento, otros corticoides o cualquier componente del producto; diabetes mellitus; infecciones virales, bacterianas o micóticas; tuberculosis activa; glaucoma; úlcera péptica; insuficiencia cardiaca; insuficiencia renal; osteoporosis; hipertensión arterial; alteraciones psiquiátricas.

Se recomienda precaución al administrar corticosteroides a una mujer en periodo de lactancia.

Los síntomas que se observan en la sobredosis son: ansiedad, depresión, confusión mental, espasmos o hemorragias digestivas, hiperglucemia, hipertensión arterial y edema.

Figura 2: Estructura química de la betametasona
Figura 3: Estructura química de la dexametasona
Figura 4: Estructura química de la hidrocortisona
Figura 5: Mecanismo de acción de la betametasona