Bella Madona[1] (en alemán: schöne Madonna; en polaco: piękna Madonna; en checo: krásná madona) es un tipo de escultura el cual representa a la Virgen María de pie con el Niño Jesús en brazos.
Aparecido en el arte gótico alrededor de 1400,[1] este género forma parte del denominado estilo bello.
El tema de la Virgen con el Niño ya era objeto de representación artística desde hacía siglos, si bien entre finales del siglo xiii y principios del siglo xiv esta temática adquirió nuevos rasgos nunca antes vistos: La Virgen empezó a ser mostrada joven y hermosa, a menudo con la cabeza pequeña y el cuerpo esbelto en forma de S cubierto con túnicas caracterizadas por la profusión de drapeados y pliegues, todo ello puramente ornamental.
Otro rasgo distintivo de este tipo de Madonas es la tierna relación entre la Virgen y el Niño; María sostiene a Jesús en su brazo izquierdo, mientras que con la mano derecha sujeta una manzana que el Niño trata de encontrar, caracterizándose la Virgen por la sublimación, la idealización, el lirismo y la elegancia cortesana.
Se desconoce dónde se empezaron a crear este tipo de figuras, aunque resulta altamente probable que su origen se sitúe en la República Checa, popularizándose principalmente en el territorio del Reich, incluyendo Austria, Silesia y Prusia.