Se desconoce la fecha exacta de su ejecución, aunque teniendo en cuenta su encuadramiento en el género estilístico de las bellas Madonas, su creación podría fecharse en el primer tercio del siglo xv.
Su autor también resulta desconocido, atribuyéndose la obra a un artista de Gdansk o Toruń.
Según esta leyenda, tras la muerte de un maestro alfarero, su taller, en el que trabajaban dos jornaleros, fue heredado por su joven viuda.
La Virgen aparece representada como una mujer hermosa con rasgos faciales delicados, ojos azules y rizos dorados que asoman por debajo del velo.
La Virgen luce un atuendo negro de escote bajo decorado con motivos ornamentales dorados.
Sobre su cabeza porta un velo blanco y una corona, mientras que sobre sus hombros lleva un manto azul oscuro con adornos dorados el cual se caracteriza por poseer patrones decorativos y estilizados: en el lado derecho, los pliegues adquieren una forma arqueada, mientras que a la izquierda, las telas forman una disposición con caída en cascada.
La talla del infante se distingue por sus espesos rizos dorados, la delicadeza de su anatomía, su rostro rechoncho y sus diminutos ojos azules.
Con base en esto, la obra ha sido tradicionalmente encuadrada en un amplio contexto artístico así como en un marco temporal (entre 1410 y 1435).