El resultado de esta batalla fue indeciso, si bien las tropas rusas se retiraron hacia Mukden.
Kuropatkin fue reforzado con tropas frescas a través de la recién completada línea férrea Transiberiana y contraatacó a los ejércitos japoneses, mandados por el Mariscal de Campo Oyama Iwao, en el río Sha-ho.
Los combates continuaron los siguientes cuatro días, sin que ninguna de las dos partes cediese.
La batalla terminó en un empate, al no poder, los japoneses, tomar ventaja durante la pausa en el combate.
Las bajas rusas sumaron un total de 44 351 muertos, heridos, capturados o desaparecidos.