Oku se alistó en las fuerzas militares del dominio cercano de Chōshū, en su lucha, durante la Guerra Boshin, por el derrocamiento del Shogunato Tokugawa y facilitar la Restauración Meiji.
Durante la primera guerra sino-japonesa, Oku tomó el mando (dejado por el general Nozu Michitsura) de la 5.ª División del 1.er Ejército Japonés.
[2] Durante la guerra ruso-japonesa, Oku fue al frente como comandante general del 2.º Ejército Japonés y fue notable el papel que desempeñó en las batallas de Nanshan, Río Sha-ho, Mukden, y en otras campañas.
[4] Oku rechazó el asistir a conferencias sobre estrategia y mando y, por ello, se ganó la reputación de ser, al mismo tiempo, un lobo solitario y un brillante táctico capaz de realizar acciones independientes.
[5] Oku no estaba en absoluto interesado en política, y vivió en virtual retiro tras la guerra.