Fue la última y más importante de una serie de levantamientos armados contra el nuevo gobierno, la cual significó prácticamente la desaparición de los samuráis como clase social, en un país que, debido a los rápidos cambios políticos, sociales y culturales que sufría, ya no tenía cabida para ellos en la nueva sociedad que se formaba.
Saigō Takamori, uno de los líderes más viejos en el gobierno Meiji que había apoyado las reformas en un principio, estaba particularmente preocupado por la creciente corrupción política (el lema de este movimiento rebelde era 新政厚徳, «Nuevo gobierno, Alta Moralidad»).
Saigō, además, promovía fuertemente la guerra con Corea en el debate Seikanron de 1873.
Cuando su plan fue rechazado, Saigō renunció a todos sus puestos gubernamentales como protesta y regresó a su pueblo natal Kagoshima, tal como hicieron otros exsamuráis de Satsuma que integraban las fuerzas militares y policíacas.
Para ayudar y darles trabajo a estos hombres, en 1874 Saigō estableció una academia privada en Kagoshima.
[2] El apoyo hacia Saigō era tan fuerte, que Satsuma se había separado del gobierno central a finales de 1876.
Irónicamente esto provocó un conflicto abierto, junto con la eliminación de los estipendios (pago en especie, arroz en este caso) que recibían los samuráis en 1877, la situación era demasiado tensa.
En los siguientes tres días, más de mil estudiantes protagonizaron revueltas en los campos navales y otros arsenales.
Cuando Oyama se había retirado, una flotilla de barcos pequeños cargada con hombres armados intentó abordar el Takao por la fuerza pero fueron repelidos.
El general Tani Tateki, alcaide del castillo Kumamoto, tenía tres mil ochocientos soldados y seiscientos policías a su disposición.
La situación era desesperada para los defensores, pues sus reservas de alimentos y municiones casi se habían consumido debido a un incendio en su almacén que se originó casi al tiempo que comenzó la rebelión.
La noche del 8 de abril, fuerzas del castillo Kumamoto hicieron una salida y abrieron una brecha en las líneas de Satsuma que permitió que las tan esperadas provisiones llegaran a la fortaleza.
El principal contingente del Ejército Imperial, bajo las órdenes del general Kuroda Kiyotaka, al que acompañaba en calidad de ayudante el general Yamakawa Hiroshi, llegó a Kumamoto el 12 de abril; esto determinó que las tropas de Satsuma, que ahora estaban en completa desventaja numérica, huyeran.
Ya avanzada la batalla, Saigō escribió una carta privada al príncipe Arisugawa, haciendo hincapié en sus razones para ir a Tokio.
Los dos bandos sufrieron copiosas bajas; cada uno tuvo más de cuatro mil, entre muertos y heridos.
Los rebeldes supervivientes hicieron frente a los soldados imperiales en la base de la montaña Enodake, pero pronto fueron vencidos y se rindieron.
Las tropas del Ejército Imperial mandadas por el general Yamagata Aritomo y los marinos al mando del almirante Kawamura Sumiyoshi eran sesenta veces más numerosos que las fuerzas de Saigō.
Saigō murió por herida de bala y después fue decapitado por Beppu para preservar su dignidad.
Después de la muerte de Saigō, Beppu y los últimos samuráis que todavía quedaban en pie alzaron sus espadas y arremetieron cuesta abajo contra las posiciones imperiales; las ametralladoras Gatling acabaron con todos.
[10] Al iniciarse la rebelión de Satsuma, el Ejército Imperial Japonés —incluyendo la Guardia Imperial— contaba con unos treinta y cuatro mil hombres aproximadamente.
Estaban armados con rifles Snider, los cuales podían efectuar seis disparos por minuto aproximadamente.
Japón estaba dividido en seis distritos militares: Tokio, Sendai, Nagoya, Osaka, Hiroshima y Kumamoto, con dos o tres regimientos de infantería, más artillería y tropas auxiliares, asignados a cada distrito.
Durante la marcha al castillo Kumamoto, el ejército se organizó en tres grupos: la vanguardia, de cuatro mil hombres; el cuerpo principal, con otros tantos; y la retaguardia, con dos mil soldados.
Los samuráis estaban armados con rifles Enfield Modelo 1853, que podían disparar aproximadamente un tiro por minuto.