La Batalla del Monte Gargano fue un enfrentamiento militar que se produjo en 72 a. C. en el monte homónimo entre una legión romana del cónsul Lucio Gelio Publícola y el esclavo rebelde Crixo, que no tenía el liderazgo militar de Espartaco y fue vencido por el cónsul y su ejército, quién, a pesar de haberse rebelado junto a Espartaco, ahora estaba haciendo la guerra por sí solo.
[5] La gran llegada de esclavos había comenzado en la primera mitad del siglo II a. C..
La mayoría habían nacido libres[6] y conservaban la memoria de su libertad perdida.
[7] Habían sido capturados en las guerras del Mediterráneo Oriental, siendo llamados genéricamente sirios.
[8] Sin embargo, la principal región exportadora estaba en el delta del Danubio y la costa norte del mar Negro, donde los escitas traían a vender a los prisioneros de sus incursiones.
[2] Por aquel entonces, 110.000 legionarios (equivalentes a 20 o 22 legiones) estaban luchando lejos contra Quinto Sertorio y Mitrídates VI del Ponto, aparte de 8 legiones en Galia y Macedonia.
[22] Sin embargo, las disputas entre Crixo y Espartaco llevaron a la división de la fuerza, el primero se separó con galos y germanos con la intención de continuar la guerra dirigiéndose al Monte Gargano.
[25] Es posible que la ruptura entre ambos se diera mientras se enfrentaban a Varinio y que Enomao acompañara al galo, pero al morir Crixo resultaran como el único jefe de la facción.
[4] Historiadores modernos rebajan la cifra total de rebeldes a 40.000,[31] posiblemente basándose en Osorio, quien dice que Crixo tenía 10.000 guerreros a sus espaldas y Espartaco tres veces ese número.
Este ciclo, muy usual en las batallas antiguas, se repetiría constantemente por dos o tres horas hasta que un ejército colapse y huya.
[38] Celtas y germanos solían agruparse en torno a sus jefes durante una batalla, resultándoles impensable hacer otra cosa que luchar hasta el final.
Crixo al perder el control de la situación prefirió morir luchando.
[39] En el documental Decisive Battles, el historiador militar británico Philip A. G. Sabin relata otra versión del enfrentamiento, en que los esclavos de Crixo fueron atacados por los romanos pero lograron rechazarlos.