Fue empleado por el ejército romano de la Antigüedad principalmente para transmitir señales militares.
Algún cornu se ha conservado hasta nuestros días, por ejemplo dos que pertenecen a las ruinas de Pompeya.
[1] Las fuentes en ocasiones confunden cornu y buccina porque sus formas eran similares, pero no puede haber duda de sus identidades separadas.
En ocasiones también se empleaba en el culto a Cibeles junto con instrumentos más comunes para esta función como la tibia, el tympanum y los címbalos.
[1] Instrumentos como el cornu y la buccina fueron recuperados del olvido bajo la denominación "tuba curva" durante la Revolución Francesa.