Se utilizan ampliamente en construcción para evitar las condensaciones intersticiales.
Imaginese la siguiente situación: En una casa, en invierno, una persona se está duchando.
La temperatura en el baño puede exceder fácilmente los 20 °C, y la humedad relativa probablemente alcance el 100%.
Es aquí cuando se hace necesaria la barrera de vapor, para contener el paso de vapor hacia el aislante, permitiendo así que se mantenga seco.
En la práctica, se utiliza también el concepto de permeancia, que incluye el grosor además de la permeabilidad propia del material, pues una lámina del mismo material, pero doble grosor, será doblemente efectiva.