Este fenómeno es típico en la mayoría de los aislantes térmicos.
El aire es muy buen aislante térmico, por lo que la mayoría de materiales aislantes se obtienen mediante estructuras que atrapan aire o a veces gas.
Cuando se producen condensaciones intersticiales, este aire es sustituido por agua, que contrario al aire, es buena conductora del calor.
Por este motivo, cuando los materiales aislantes se mojan, pierden sus propiedades.
Para evitar esto, en los cerramientos se colocan barreras de vapor, que dificultan y ralentizan el paso de vapor a través de la pared, y permiten que el aislamiento permanezca seco.