Es un recipiente de gran capacidad que ha sido muy útil en antiguos oficios (tintoreros, curtidores) y labores campesinas,[1] y posteriormente en las tareas domésticas, para lavar la ropa, la vajilla, o bañar a los niños.
Ocasionalmente puede aparecer como sinónimo de cubo, balde, caldero y lebrillo.
Desde mediados del siglo XX ha ido siendo desplazado por los recipientes de plástico.
[5] El tesoro folclórico centroamericano incluye entre sus danzas mixtas el barreño, valsecito de cortejo amoroso, con acoso, persecuciones y rapto final.
[6] Se conocen al menos cuatro pasteles y numerosos bocetos de Edgar Degas dedicados al aseo femenino en los que el pintor se recrea en las formas del barreño de zinc (en francés coloquial tub o seille).