[8] Intentó usar sus conocimientos musicales para entrar en el convento de las capuchinas pero estas monjas no usaban música en el coro y Bárbara no tenía la dote para entrar, que entonces era de 12 000 reales.
[11] Entre 1861 y 1866 sufrirá una gran cantidad de enfermedades, la mayoría desconocidas para la época.
[12] En 1866, siendo monja del Convento de Madre de Dios, conoció al sacerdote José Torres Padilla,[8] se sintió comprendida por él y lo escogió como su confesor y director espiritual.
[13] Se sometía a mortificación física con cilicios y otros elementos.
[17] En este convento, sor Bárbara convivió con la cisterciense Ángela de Jesús, con la que se sintió muy comprendida.
[25] Le sacaron una fotografía al cadáver al cuarto día de su muerte, que años después sirvió para que Virgilio Mattoni realizase un retrato.
La renuncia del arzobispo por enfermedad ese mismo año hizo que el proceso de detuviese.
En ninguna de estas ocasiones, el caso llegó al Vaticano.