Diseñado por Max Friz y basado en el motor Rapp III, era un SOHC de seis cilindros en línea, al igual que el anterior Mercedes D.III, que garantizaba un equilibrio óptimo, y por lo tanto, un reducido nivel de vibraciones.
Esto corresponde a las clasificaciones británicas del motor Mercedes DIIIa que los británicos calificaron como 180 CV (calificación alemana de 170 hp) y el DIIIau a 200 CV (medición alemana de 180 hp).
Esta discrepancia puede explicar la diferencia significativa en el rendimiento del Fokker D.VIIF equipado con el motor BMW IIIa, tanto respecto a los D.VII de Mercedes como contra sus oponentes aliados.
La capacidad de ganar potencia a mayores altitudes fue la razón por la cual este motor tenía una superioridad única en el combate aéreo.
Cuando estaba equipado con el motor BMW IIIa, el Fokker D VII podía superar a cualquier oponente aliado que encontrase en combate.