[10] No obstante, algunos autores hablan de un origen romano (no confirmado al no haber constancia escrita), en el que se habría fundado un poblado denominado Vallis ferax cerere et uvis (valle abundante en cereales y viñedos); voz que se contraería primero a Vallis Ferax; y después la «f» evolucionaría a «h» aspirada y la «x» cambiaría a «s», hasta llegar a la antes citada primera constancia escrita medieval de Val de Heras y su evolución posterior hasta la actual Valderas.
La leyenda cuenta también que esta mujer, incluso, compró más armas nuevas y las custodió junto con las otras.
[cita requerida] Aunque la villa no aparece documentada hasta el siglo XII, en otros documentos del siglo X se hace referencia a una cierta fortificación que construyó un repoblador hispano-musulmán llamado Maçarefe, Mazarefe o Mazaref y que podría referirse a Valderas.
La villa fue gobernada por varios tenentes, entre ellos; Rodrigo Fernández en 1134[18] y el conde Ponce de Minerva desde 1159.
La ciudad se defendió heroicamente, según cuentan las crónicas, pero a la vista de una derrota inminente quemaron sus bienes y huyeron buscando asilo en los pueblos cercanos.
Ya en el siglo XVIII, de gran prosperidad para Valderas, la ciudad se inclinó a favor del nuevo rey Felipe V en la Guerra de Sucesión Española (1701-1715), quien, en agradecimiento, confirmó el privilegio otorgado por Juan I.
Durante el siglo XX la historia económica de Valderas siguió ligada a la agricultura y la ganadería, aunque en paralelo surgieron interesantes iniciativas industriales.
No obstante, en los últimos años, la caída de la población se ha ido aminorado hasta mantener un crecimiento negativo prácticamente nulo.
Lo rodea una orla con una leyenda que dice: Confringet arma et scuta comburet (quebrarán las armas y quemarán en el fuego los escudos).
En el centro de la villa, que corresponde a la zona más antigua, las calles siguen un trazado medieval que converge en varias plazas, en algunos casos su traza está condicionada por el recorrido de la muralla antigua.
[40] San Isidro es la calle más antigua de la ciudad, que corre paralela al río.
Nace en la plaza Mayor y desemboca en una glorieta cuyo lado norte tiene vistas al río.
Aquí se encontraba en el siglo XI una puerta de la muralla que daba acceso a la población por su lado este.
En tiempos de Fernando II se construyó la muralla que nacía en las torres del castillo, en la zona conocida hoy como Altafría.
En 1388 se rehicieron las murallas antiguas y en el siglo XV se construyó la nueva cerca que ceñía al pueblo por el sur y llegaba hasta la altura del seminario desde donde subía para unirse con la puerta de san Isidro.
Esta puerta se derribó en el siglo XIX para agrandar la ciudad fuera de esos límites.
La muralla continuaba por la actual calle de Altafría hasta llegar a la altura del edificio del seminario para subir después hasta el Espolón y unirse con la antigua muralla y puerta de San Isidro.
Entre los más famosos se encuentra el padre Isla, escritor español del siglo XVIII que pasó aquí unos años de su juventud.
La otra da acceso a la sacristía cuadrada, cubierta por cúpula semiesférica con linterna que recibe la luz.
Cúpula plateresca del siglo XVI sobre el ábside, apoyada en trompas esculpidas como grandes conchas.
A los lados del ábside hay dos puertas que comunican con la sacristía y con una capilla abovedada.
A su lado hay otra pequeña edificación que se construyó para vivienda del santero o cuidador de la ermita.
En ese año, el obispo Luis Almarcha vendió la institución a los carmelitas descalzos que instalaron en el edificio un colegio-aspirantado bajo la dirección del padre Albano García, historiador y cronista de la villa de Valderas.
En la actualidad está ocupado por el Hogar del Pensionista, una residencia, una biblioteca municipal y la oficina de turismo.
[47] En cuanto a la obra arquitectónica, se distinguen dos períodos en su construcción; el primitivo edificio constaba de dos pisos, hecho en ladrillo y tierra prensada, mientras que el tercer piso, levantado en 1942, es todo de ladrillo.
Data de 1701 y su estilo es herreriano, con dos torrecillas en los costados, con balcones, rematadas por chapiteles que terminan en estípites.
La puerta es adintelada y sobre ella se abre un gran balcón sobre el que está esculpida la cruz de Santiago.
Se conserva en relativo buen estado y ya no soporta apenas tráfico, porque desde hace algunos años existe a su lado un puente moderno por el que pasa la carretera de León.
A lo largo del año son numerosos los eventos culturales y festivos que tienen lugar en Valderas.
[52] Asimismo, en los bares de Valderas se ofrece junto con la bebida la tradicional tapa leonesa (sin coste adicional).