Entre sus cantinas famosas destaca La Ballena, que tuvo la barra más grande del orbe.
Durante la Segunda Guerra Mundial eran frecuentes las peleas entre marineros estadounidenses y los rudos policías locales que siempre se alzaron con la victoria, hasta que finalmente la marina estadounidense prohibió a sus miembros visitar la ciudad.
Después de algunas batallas, fueron derrotados por las fuerzas Maderistas que también llegaron a la urbe desde el país vecino.
Rápidamente se constituyó en el foco más importante del desarrollo económico local.
Para complacer a sus clientes, la urbe adoptó la forma estadounidense de denominar sus vialidades: para las calles verticales usó las letras del alfabeto y para las horizontales los números.
En 1928, tras el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón la Avenida A adoptó su nombre.
Aunque en Namibia hay una especie híbrida, mezcla de cabra y équido, los de la Avenida Revolución son burros blancos con las rayas pintadas con tinte para cabello humano, para que no se intoxiquen, cuidadosamente retocadas cuando es necesario.
En la actualidad, "La Revu", como popularmente se le conoce entre los tijuanenses, es una avenida que sigue atrayendo a los turistas.
Los orígenes de los platillos que se sirven en sus restaurantes son mexicanos, estadounidenses y chinos.
Fue donada por la empresa Samsung en sustitución del reloj original que había dejado de funcionar tiempo atrás.
Durante gran parte del día, su sombra se proyecta sobre la Plaza Santa Cecilia.
Exhibe una colección permanente de 80 piezas de personajes históricos famosos como Pedro Infante, Lola Beltrán, Luis Miguel, Michael Jackson, Lady Di, Teresa de Calcuta, Capulina, Juan Pablo II, María Félix, El Gordo y el Flaco, Hernán Cortés, Cuauhtémoc, Moctezuma, Venustiano Carranza, Porfirio Díaz y Emiliano Zapata.
También conocido como Faro Carranza, la Torre de Agua Caliente dio servicio al primer aeropuerto de la ciudad, localizado en el fraccionamiento Aviación, muy cerca del Complejo Agua Caliente.