La construcción inició en 1892, y se inauguró en 1895 durante el mandato del presidente José María Reina Barrios.
Cabe mencionar que estos gastos, entre otras razones, causaron una crisis económica en el país.
El extremo sur de la Avenida Reforma fue un lote baldío hasta 1935, cuando se construyó el Obelisco.
Muchas de las residencias han sido reemplazadas por edificios modernos; actualmente la Avenida Reforma es considerada un distrito empresarial y comercial.
El arriate central de la Avenida Reforma está jardinizado y cuenta con varios monumentos.
Entre los primeros monumentos erigidos en 1896 destacan dos estatuas de Miguel Garcia Granados y Justo Rufino Barrios.