Augusto Ferrán

Su padre, Adriano, era un barcelonés inclinado a la pintura, y Rosa, su madre aragonesa, era oriunda de Pallaruelo, Huesca.

Su padre se marchó a La Habana buscando mayor fortuna y Augusto comenzó estudios secundarios en el Instituto del Noviciado.

Ingresó como redactor en El Semanario Popular, que se convirtió en la plataforma para la difusión de Heine y lo alemán en España.

En 1861 ya había aparecido su libro La soledad, en cuya primera parte reproducía algunos cantares populares de la lírica tradicional que en la segunda compuso originales, imitando su estilo e inspiración.

Muerto el poeta sevillano, trabajó en la edición póstuma de sus Obras (1871) junto a Ramón Rodríguez Correa y Narciso Campillo.

En el mismo año apareció su segundo libro de cantares, La pereza, que recoge el anterior con algunas supresiones, y varios artículos periodísticos.

[1]​ La poesía de Ferrán supuso una ruptura con el tono declamatorio hasta entonces cultivado y del cual es figura representativa Quintana.