Atahuallpa (novela)

El patrón se mantuvo, y era necesario una muerte fundacional que explique el nacimiento de ese país.

Para ello, Carrión se valió de la muerte de Atahualpa como el último gran Inca que unificó el imperio y cuyo prematuro fin conformaría un nuevo comienzo.

La figura del último Inca servía además para fines nacionalistas ya que su lucha y victoria sobre Huáscar, impulsaría la lucha de Ecuador en los conflictos limítrofes con Perú que se dieron en esos años.

Se asumía que Huáscar había nacido en Cusco, Perú y Atahualpa en Quito, Ecuador, dato histórico controvertido por las diferencias en los testimonios de los cronistas.

De esta manera Carrión intenta representar positivamente tanto el pasado indígena como español, en una novela dedicada a una ciudad mestiza (Quito).