Asesinato de Augusto Lutz

Tres días más tarde, Silva les dio alentadoras noticias sobre la favorable evolución del paciente.Dos días más tarde, en un canal de televisión, se reiteró la misma falsa noticia del fallecimiento.Esto era sumamente extraño pues, en aquellos días, la Dirección Nacional de Comunicaciones, censuraba rigurosamente cualquier información política o relacionada con las Fuerzas Armadas.María Olga Lutz, en representación de la familia, concurrió donde el general Pinochet para pedirle que ordenara un sumario en el Hospital Militar, para aclarar lo sucedido a su padre en ese establecimiento.El hijo menor del general Lutz, Alejandro, estudió Medicina y realizó una práctica en el Hospital Militar.Según Lutz, otra de las similitudes en el caso es el cuerpo médico que atendió a su padre en el Hospital Militar.Este médico también jugó un rol en el penoso trato dado a José Tohá en ese establecimiento, en donde supuestamente se suicidó.[1]​ Bajo la administración del doctor Patricio Silva Garín, el Hospital Militar vio desvirtuado su rol hospitalario, al ser usado como cárcel política y presumible lugar de ejecución.Tohá, reconocido, por su bondad y sensibilidad social, había sido sometido a trato vejatorio en la isla Dawson lo que afectó su salud ya deteriorada por la aflicción por la muerte del presidente Allende y de su gran amigo, Augusto Olivares.[1]​ Su estado de salud fue empeorando rápidamente, disminuyendo su peso a 49 kilos, siendo su estatura 1,92 metros y apenas podía moverse en su cama.Alarmado, su hermano médico, Isidoro, recurrió al doctor Silva, quien le manifestó que las gestiones que la familia había efectuado ante las autoridades (ante el propio Pinochet) sólo habían agravado la situación, pues ahora su pariente era tratado con mucho más dureza y aún interrogado con la colaboración de un psiquiatra.