A las 13:00 hora peruana, Castillo y Torres, la primera dama Lilia Paredes, la familia presidencial y la policía que los resguardaban salieron discretamente por la puerta de atrás del palacio de Lima en dos autos.
El oficial Nilo Irigoin Chávez, encargado de la seguridad presidencial, ordenó dirigir los autos a la embajada mexicana.
[2] A la prefectura llegaron también la fiscal de la Nación Patricia Benavides y otros funcionarios del Ministerio Público para tomar la declaración de Castillo y los otros detenidos.
[6] La embajada mexicana notificó que un tumulto de civiles se había situado en los exteriores del edificio, esto a raíz del rumor de que Pedro Castillo se dirigía a dicha sede diplomática.
[7] El gobierno de México lanzó un comunicado oficial llamando a sus ciudadanos en territorio peruano en «mantener la calma».
El mandatario mexicano confirmó que Pedro Castillo le había realizado una llamada solicitándole asilo y que él había aceptado, pero la comitiva de Castillo no llegó a la embajada.