[3] En algunas ocasiones, el golpe de Estado blando se relaciona con el llamado lawfare (guerra jurídica o guerra judicial), cuando la desestabilización o derrocamiento del gobierno se realiza mediante mecanismos aparentemente legales.
[9] El autor del ensayo titulado «De la dictadura a la democracia», que describe 198 métodos para derrocar gobiernos mediante «golpes suaves», considera que la estrategia se puede ejecutar en cinco pasos:[10] Las denuncias y análisis sobre golpes blandos en América Latina se ha multiplicado en los últimos años.
[11][12][13] Ya en 1989, el diario argentino Ámbito Financiero anunció en tapa que el presidente Raúl Alfonsín había sido obligado a renunciar por un «golpe de mercado».
[14] El periodista argentino Luis Bruschtein dijo que el golpe suave «consiste en travestir a una minoría en mayoría, amplificar sus reclamos, crispar las controversias y enfrentamientos y desgastar a la verdadera mayoría que gobierna, hasta hacerla caer por medio de alguna farsa judicial, como fue en Honduras, o parlamentarista, como en Paraguay o forzando una intervención extranjera como se pretende hacer en Venezuela».
[26][27][28][29] El presidente Sebastián Piñera denuncio al estallido social como un "golpe de Estado no tradicional".