Los filósofos posteriores conectaron este plano con la idea de bondad, belleza y luego con el Dios cristiano.
El debate gira en torno a la pregunta: "¿Las cosas, como las leyes científicas, los números y los conjuntos tienen una existencia" real "independiente fuera de las mentes humanas individuales?.
[6] Al aplicar las matemáticas para comprender el mundo natural, los científicos a menudo emplean criterios estéticos que parecen estar muy alejados de la ciencia.
[7] Por el contrario, la belleza a veces puede ser engañosa; Thomas Huxley escribió que "La ciencia es un sentido común organizado, donde muchas de las bellas teorías fueron asesinadas por un hecho feo".
[8] El argumento implica que la belleza es algo inmaterial en lugar de ser una respuesta neurológica subjetiva a los estímulos.
Los filósofos desde Immanuel Kant argumentan cada vez más que la belleza es un artefacto de las mentes humanas individuales.
El científico y político Benjamin Franklin, en Poor Richard's Almanack escribió: "La belleza, como el dominio supremo, es apoyada por la opinión".
Otros señalan que la existencia del mal y varios tipos de fealdad invalidan el argumento.
Joseph McCabe, un escritor librepensador de principios del siglo XX, cuestionó el argumento en The Existence of God, cuando preguntó si Dios también creó microbios y parásitos.
El hombre, en la medida en que no está sujeto a fuerzas naturales, es libre de desarrollar su propio destino.
[15] Richard Dawkins parodia el argumento resumiéndolo como: "¿Cómo se atreve otro ser humano a hacer una música / poesía / arte tan hermosa cuando no puedo?