Argentina en la Segunda Guerra Mundial

El país se encontraba en un período de conservadurismo político y transformación económica conocido como la Década Infame.

[5]​ El presidente Ortiz solicitó licencia por enfermedad en julio de 1940 y no volvió a asumir, renunciando en 1942.

El Ejército Argentino era altamente germanófilo, influencia que había crecido desde fines del siglo XIX y precedía a ambas guerras mundiales.

No implicó un rechazo a la democracia sino más bien una admiración por la historia militar alemana, que combinada con un intenso nacionalismo argentino influyó en la postura tomada por el ejército hacia la guerra: mantener la neutralidad.

[6]​ La guerra dio como resultado un pequeño impulso a la economía argentina, ya que se redujeron las importaciones de Gran Bretaña.

Los principales partidos políticos, periódicos e intelectuales apoyaron a los aliados, pero el vicepresidente Ramón Castillo mantuvo la neutralidad.

[8]​ La FORJA apoyó la neutralidad y la vio como una oportunidad para deshacerse de lo que consideraba una intromisión británica en la economía argentina.

Una interpretación similar considera en cambio que Castillo simplemente no tenía poder para ir en contra de los deseos del ejército, y si declaraba la guerra sería depuesto en un golpe militar.

Esta interpretación, sin embargo, no explica las constantes peticiones para declarar guerra por parte de las facciones anglófilas.

[17]​ Castillo, sin embargo, declaró el estado de emergencia después del ataque a Pearl Harbor.

Varios generales reaccionaron creando una organización secreta llamada «Grupo de Oficiales Unidos» (GOU) para sacar a Castillo del poder.

En su lugar recomendó posponer el derrocamiento del gobierno hasta que los conspiradores hubieran desarrollado un plan para hacer las reformas necesarias.

[25]​ A mediados de la Segunda Guerra Mundial, Juan Carlos Goyeneche mantuvo contactos secretos en Berlín con los jerarcas máximos del Tercer Reich.

No obstante, Roosevelt también vio la situación como una oportunidad para socavar la influencia británica en Argentina y reemplazarla por la estadounidense.

[37]​ Entretanto, la enfermedad del presidente Ortiz había obligado a su reemplazo por el vicepresidente, el conservador Ramón Castillo.

El presidente Edelmiro Julián Farrell nombra a Juan Domingo Perón Ministro de Guerra, rompiendo relaciones con el Eje.

Estableció precios máximos para productos populares, redujo alquileres, anuló los privilegios de la fábrica Chadopyff e hizo gratuitos los hospitales.

[39]​ Así, el mandato de Rawson se convirtió en el más corto para un presidente no interino en la historia argentina.

El gobierno mantuvo discusiones diplomáticas con Estados Unidos, en las que Argentina solicitó aviones, combustible, buques y tecnología militar.

Este cambio redujo el apoyo de los trabajadores al Partido Comunista, quienes viraron hacia Perón y el nuevo gobierno.

Pero existía oposición dentro del Ejército y la opinión pública se encontraba dividida en torno a declarar la guerra o no.

La FORJA se distanció del gobierno debido a esto, pero Arturo Jauretche comprendería las razones más tarde.

[45]​ Se calcula que unos 5000 voluntarios, entre ellos 400 mujeres, participaron activamente de las acciones aliadas durante cuatro años.

Sin embargo, la hostilidad diplomática se reavivó luego del fallecimiento inesperado de Roosevelt, quien fue sucedido por Harry S. Truman.

El embajador estadounidense en Argentina Spruille Braden organizaría la oposición al gobierno de Farrell y Perón.

La derrota del Eje en el teatro europeo tuvo lugar un mes más tarde y fue recibida con alegres manifestaciones en Buenos Aires.

[54]​[52]​ Maureen Dunlop, nacida en Quilmes, dejó a sus padres anglo-australianos para unirse al Transporte Aéreo Auxiliar (ATA).

Más tarde se dedicó a la cría de caballos árabes pura sangre con su marido en su granja Milla Lauquen Stud.

[55]​[56]​[57]​ Casi 500 argentinos sirvieron en la Marina Real británica alrededor del mundo, desde el Atlántico norte al Pacífico sur.

Antes de la guerra, Argentina albergaba un elemento pronazi fuerte y bien organizado que estaba controlado por el embajador alemán.

Mapa satírico de la revista Ken de 1938 ataca la intrusión comercial, cultural y militar en Sudamérica de los "gobiernos gángsters" de Alemania, Italia y Japón, "mafiosos fascistas" que se han "metido a la fuerza". Las viñetas muestran detalles de las actividades del Eje en los países de la región latinoamericana (en inglés).
El buque mercante argentino Uruguay , hundido por el submarino alemán U-37.
El Victoria , dañado por el U-201. [ 19 ]
Ramón S. Castillo , presidente de Argentina (1942-1943)
Mapa de los supuestos cambios territoriales en América del Sur en caso de una hipotética victoria del Eje en la Segunda Guerra Mundial , difundido por el entonces presidente estadounidense Roosevelt en un discurso el 27 de octubre de 1941. [ 28 ] [ 29 ] [ 30 ] [ 31 ] [ 32 ]
Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez, Edelmiro Farrell
Arturo Rawson , Pedro Pablo Ramírez , Edelmiro Farrell . Los tres dictadores presidentes que gobernaron la Argentina