La diputación, que «ya poseía el archivo del Reino» y el de las Cortes, se convierte en diputación provincial haciéndose cargo de todos los archivos.[4] Como “archivo de reino” difiere de otros en su contenido por la naturaleza institucional propia que siguió a la incorporación a Castilla, manteniendo el carácter de «reino separado con derecho, instituciones y Cortes propias, y con un Consejo Real concebido como órgano supremo».Además su “archivo de diputación” también difiere del resto porque aun naciendo en 1836 y siguiendo una trayectoria posterior análoga, conserva todo ese legado anterior del reino que remarca tal diferencia.[8][9] José María Lacarra, en la introducción al tomo I del Catálogo del Archivo General Sección Comptos apunta: Durante los siglos XII y XIII, los reyes tenía costumbre de viajar llevando consigo los archivos —el archivo vivo— acompañados de oficiales encargados de ello.[10] Entre los fondos procedentes del Archivo Real, conservados junto con el Archivo de Comptos, no se existen documentos originales anteriores al siglo XII y «no es de creer que los reyes fuesen menos cuidadosos que las iglesias o monasterios por la conservación de sus documentos.»[11] Se conoce «que al morir Sancho el Fuerte el año 1234, el archivo principal —tal vez el único— estaba en el castillo de Tudela.» Con los reyes sucesores, Teobaldo I y Teobaldo II, «los fondos se llevaron a los castillos de Estella y Tiebas».A finales del siglo XIX se producen dos hechos que sirvieron para reafirmar la importancia del fondo documental que albergaba el Archivo General de Navarra.Este reconocimiento internacional del archivo coincidió en el tiempo con su traslado al edificio anejo al Palacio de Navarra y dotado de instalaciones archivísticas modélicas para su época.La obra del arquitecto Florencio de Ansoleaga, se realizó entre 1895 y 1898.En este período sigue creciendo al calor del devenir histórico, recibiendo entre 1929-1935 los fondos documentales de los Tribunales Reales de Navarra (Real Consejo y Corte), depositados hasta ese momento en la Audiencia Territorial, y los fondos del Clero, que estaban depositados hasta entonces en la Delegación de Hacienda Española en Navarra.En 1950, se abre al público la nueva sala de investigadores.[24] En sus instalaciones cuenta con una Biblioteca especializada formada por unos 3000 ejemplares antiguos a los que se añaden más de 13.000 publicaciones más recientes cuya temática principal se centra en Historia de Navarra, Genealogía, Heráldica y Archivística.
Arcones antiguos de hierro, con tres llaves, utilizados para preservar la documentación.
Cámara de Comptos, sede durante un tiempo del AGN.
Los tres primeros tomos del
Catálogo del Archivo General de Navarra. Sección de Comptos.
Serie iniciada por
José Ramón Castro
, tomos I a XXXVI (años 842 a 1425), entre 1952-1964, y continuada por
Florencio Idoate
, tomos XXXVII-LII (1425-1780), entre 1965-1974, y Javier Baleztena.
Instalaciones anteriores del Archivo de Navarra en un edificio construido
ex-profeso
a finales del siglo
XIX
.
Vista de la sala de lectura de la biblioteca
Uno de los numerosos ejemplos de comptos (cuentas) conservados el Archivo Real y General de Navarra es este decorado registro de tesorería de 1402 (AGN,
Comptos
Reg. 267) firmado por
García Périz de Setuáin, tesorero de Navarra.
La
Cámara de Comptos de Navarra
(tribunal de cuentas imitando el modelo francés), que venía funcionando desde varios años antes (quizá un siglo) pasó a ser un órgano desde el 18 de febrero de 1365.
Portada del
Catálogo de los Cartularios Reales del Archivo General de Navarra
(recreada) de
Florencio Idoate