Antonio Di Benedetto

[2]​ Comenzó a escribir en su adolescencia, inspirado por autores como Fiódor Dostoyevski y Luigi Pirandello.

[3]​ A pesar de la urgencia que le imponía su oficio, logró escribir crónicas con éxito.

Adelma Petroni, escultora amiga de Di Benedetto, contó en una entrevista con la escritora María Esther Vázquez que:[7]​ Di Benedetto sufrió cuatro simulacros de fusilamiento y numerosas golpizas.

Vivió seis años en Madrid, donde no fue especialmente destacado, pero en donde compartió largas horas con su gran amigo, el internacionalmente prestigioso pintor argentino Enrique Sobisch (también radicado en esa ciudad por aquel entonces).

Tras regresar a la Argentina, pasó sus últimos años trabajando en la Casa de Mendoza, en Buenos Aires.

Los críticos han comparado sus trabajos al nivel de otros importantes escritores universales como Franz Kafka, Alain Robbe-Grillet, Julio Cortázar o Ernesto Sabato.

[11]​ En 2011, Ricardo Piglia señaló que, en sus inicios, la gran figura para todos los escritores fue Di Benedetto.