Se reincorporó al ejército durante la Guerra del Brasil, pero prestó servicios en la capital.
Unos días más tarde, se unió al sitio de Buenos Aires; en una pequeña batalla fue derrotado por el coronel Olavarría, aunque el sitio continuó y terminaría por obligar a Lavalle a renunciar.
Pocas semanas más tarde, fue especialmente condecorado por su trabajo en apagar un peligroso incendio en la ciudad de Buenos Aires.
Durante la misma, ocupó la isla Choele Choel y estuvo a cargo del Estado Mayor, a órdenes directas de Rosas.
Durante los años en que estuvo acantonado en Luján, combatió repetidamente avances contra el límite oeste de la provincia – que en esa época estaba en el río Salado – de indígenas ranqueles.
Tras esa batalla, tuvo una seria discusión con Echagüe, por lo que abandonó su ejército y se trasladó a San Nicolás de los Arroyos.
Fue liberado en octubre de 1840, como consecuencia del tratado Mackau – Arana.