Se casó y tuvo tres hijos, a quienes amaba intensamente.
Fue enviado a la Ciudad de México; ahí ingresó en el Seminario Conciliar donde sólo se cursaban las carreras eclesiásticas y jurisprudencia.
Sus ideales liberales y sus críticas, que encendían los corazones impulsando el movimiento revolucionario que modificó los destinos de la patria, fueron plasmados en los periódicos El Horóscopo, Los Padres del Agua Fría, La Idea, La Bandera Roja, La Luz de los Libres, El Constitucional, La Orquesta, La Pluma Roja, San Baltasar, y La Revista Mexicana, logrando la admiración de muchos... y el resentimiento de otros tantos.
No llegó a leer a los grandes maestros ni alimentar su estilo poético por una escuela en particular, "a semejanza de las aves, cantaba porque sentía la necesidad de cantar, sin importarle que la Gloria le diera sus lauros o el Olvido le envolviera en sus luctuosos crespones".
?, a pesar de la diferencia de edades, y lo fue hasta su muerte, demostrándolo cuando dice al final del Prólogo al Álbum del Corazón: "¡Duerma en paz el poeta escéptico y adolorido!