Antonio María Cascajares

Pero se sintió inclinado a abrazar el estado eclesiástico e ingresó en el seminario de Zaragoza.

Al tenerse noticia en Calanda de este nombramiento se celebraron con el mayor entusiasmo solemnes festejos.

Su cuerpo fue sepultado en el templo del Pilar de Calanda.

Inhumado en la capilla del Milagro, su sepultura fue profanada durante la guerra civil española (1936-1939), al tiempo que el sagrado recinto fue utilizado como sala de cine por las milicias frente-populistas.

Desaparecido su cuerpo, no queda hoy sino la placa pétrea que indicaba, en el suelo de la referida capilla, su exacta ubicación pretérita.