Obispo de Teruel (1874-1876).
Como primer obispo prior, hubo de hacer frente a la organización de esta nueva jurisdicción, carente de todo.
Sin embargo, las condiciones bajo las que se había creado la nueva prelatura hicieron surgir graves problemas con el Estado a través del Consejo de Órdenes, que lo llevaron a renunciar al obispado.
El 27 de marzo de 1882 fue preconizado obispo de Orihuela, diócesis en la que entró solemnemente el 18 de julio siguiente, dedicándose durante cuatro años a las visitas pastorales, la formación del clero y el ejercicio de la predicación.
Posteriormente fue Arzobispo de Santiago de Compostela (1886-1888) hasta su fallecimiento.