Antonio Machado Núñez
Luego ejerció de médico en el Ejército del Norte durante la Primera Guerra Carlista.La Universidad Central de Guatemala le dio a Antonio un doctorado honorífico.[8] Durante su estancia en San Salvador tuvo conocimiento del cercano volcán de Izalco, que se encontraba activo, y percibió frecuentes terremotos.En América, tuvo la oportunidad de ver naturaleza salvaje, fósiles y restos arqueológicos.Prevost era cercano a las tesis del geólogo escocés Charles Lyell, que había influido en Darwin.Esta obra anticipaba tesis krausistas, doctrina traída de Alemania más adelante por Julián Sanz del Río.[16] Cipriana era una mujer cultivada y poseía dotes artísticas, sobre todo hacia la pintura.Antonio Machado y Ruiz declaró que había aprendido a leer con el Romancero general.Este llegó a contar con una nutrida colección de animales disecados y minerales.Por estas fechas vivía en la calle de Las Palmas (hoy Jesús del Gran Poder), número 8.[26] En el discurso inaugural, Antonio dijo que estudiando los fósiles se podía llegar a la conclusión de que la especie humana había aparecido al final del periodo terciario de la Tierra.Antonio Machado y Núñez, por el contrario, defendió esta teoría en 1873 en un discurso en la misma academia.[6] Durante la Primera República, en su discurso con motivo de la inauguración del curso académico 1873-1874, dijo que las revoluciones tenían lugar cada cierto tiempo pero que se veían desvirtuadas por los extremismos y se mostró crítico con la deriva del proceso revolucionario.[28] Con todo, finalizó el discurso mostrando su adhesión a la República y depositando su confianza en el presidente Emilio Castelar.En solidaridad, Emilio Castelar y Francisco Giner de los Ríos renunciaron a sus cátedras.Compartió éxito con el humanista lebrijano Miguel Rodríguez Ferrer, que hizo lo propio con objetos traídos de Cuba.En 1882 mostraba un desapego hacia los ideales revolucionarios que había suscrito en el pasado, con las siguientes palabras:[33] En 1883 Antonio Machado y Núñez se trasladó con toda su familia a Madrid, donde ejerció como catedrático de Zoología (Moluscos y Zoofitos) en la Universidad Central.Por estos años, invirtió en una serie de negocios que fueron mal y le dejaron en la ruina.