Está considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida,[1] y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo.
[6] La palabra Angkor viene del camboyano នគរ, Nokor, y a su vez de la voz sánscrita नगर, Nagara, que significa «capital», mientras que la palabra Wat es de origen jemer y se traduce como «templo».
[8] Angkor Wat es el máximo exponente de la arquitectura del Imperio jemer, cuyos primeros templos se remontan al siglo vi.
[9] En 1177 Angkor fue saqueada por los Cham, un pueblo ubicado en el actual Vietnam[13] y enemigo tradicional de los jemeres.
[15] A Jayavarman VIII le sucedió Srindravarman en 1295: este nuevo rey, que en los años anteriores había sido ordenado monje budista en Sri Lanka, cambió nuevamente la religión del imperio hacia el budismo, aunque adoptando esta vez las creencias de la rama Theravāda.
[16] Entre los siglos xiv y xv, el Imperio jemer vio llegar desde Sri Lanka a los primeros monjes budistas Theravadas, que transformarían los templos para la nueva religión.
En cualquier caso, Angkor fue abandonada en 1432, y la nueva capital establecida en Lovek, cerca de la actual Nom Pen.
[21] Las impresiones del fraile fueron recogidas por un funcionario e historiador portugués llamado Diogo do Couto,[22][23] quien las dejaría por escrito:[21][24] ("...una construcción de tal modo extraordinaria que no es posible describirla por escrito, especialmente diferente de cualquier otro edificio en el mundo.
Posee torres, decoración y todos los refinamientos que el genio humano puede concebir") Tras esta visita, otros pioneros europeos, especialmente españoles y portugueses,[22] continuaron visitando las ruinas, aunque sin obtener demasiada repercusión pública.
[23] Pero no fue sino hasta unos años después, en 1860, cuando un compatriota suyo, el naturalista y explorador Henri Mouhot, consiguió por fin atraer la atención popular hacia Angkor.
En 1907 Siam (actual Tailandia) cedió varios territorios a Camboya, entre los que se encuentra la zona de Angkor.
[34] En esta limpieza el equipo indio empleó algunos productos químicos dañinos a medio plazo para la piedra, lo que les valió las críticas de varios arqueólogos occidentales.
[35] No fueron estos los únicos daños contemporáneos que ha sufrido el templo: también un proyectil perdido estadounidense destruyó uno de los pabellones.
[39] Afortunadamente la concienciación popular y la creciente vigilancia, tanto por parte gubernamental como por la UNESCO, parecen estar mejorando ostensiblemente la situación.
Los templos jemeres no se concebían como lugares para la reunión de los fieles sino que servían de morada para los dioses, por lo que solo la élite religiosa y política del país tenía acceso a los recintos centrales.
[42] También la relación entre la distancia y altura de las torres de Angkor Wat está calculada para presentar una escenificación homogénea desde la entrada del templo, sin que los elementos más cercanos lleguen a ocultar a los más lejanos.
[46] El propio recorrido, con sus sucesivas subidas a través de empinadísimas escaleras, representa la ascensión al monte.
El recinto segundo carece de bajorrelieves, mientras que los relieves del primero están dedicados al dios Vishnú.
[4] Entre las galerías del Preah Poan aparecen cuatro fosos que originalmente estaban inundados y eran utilizados con fines rituales.
Se accede al segundo recinto subiendo unas empinadas escaleras, que según la iconografía hindú simbolizan el ascenso a la montaña de los dioses.
Este segundo recinto o nivel ya no era accesible para el pueblo,[53] por lo que su arquitectura cambia: los muros exteriores son ciegos, y la galería solo se abre al interior mediante ventanas atravesadas por columnas de complejo relieve.
Dentro del segundo recinto aparece la plataforma del recinto central, elevada entre 11 y 13 metros según las distintas fuentes, y a la que se accede mediante empinadísimas escaleras con pendientes en torno a los 70°,[53] salvo en el lado oeste, siguiendo la dirección principal, donde la pendiente es de 50.º.
[54] Los cinco templetes están conectados entre sí mediante nuevos corredores que generan cuatro patios, similares a los del Preah Poan.
[4] Con la excepción del muro sur, dedicado al rey, los relieves narran historias de los libros épicos hindúes Ramayana y Mahabharata, y al menos desde el siglo xvi estuvieron policromados, e incluso pudieron recibir algún tipo de barniz protector.
En el repertorio formal del templo aparecen también motivos florales, limitados a decorar esquinas.
Recorridas desde la entrada principal y en sentido antihorario, las escenas principales se denominan:[63] Aunque el muro exterior fue construido con laterita,[11] y algunas fuentes hablan también de usos esporádicos de limonita,[62] el templo está edificado casi en su totalidad en piedra arenisca.
Sin embargo los morteros cayeron en desuso a partir del siglo x, y apenas se utilizaron en Angkor Wat.
Debido también a su pequeña dimensión, en estos corredores era común esculpir las piedras con forma curva para conseguir el efecto de bóveda.
Estos movimientos anuales terminaban por arruinar los cimientos de los templos, provocando hundimientos y colapsos en las estructuras.
Aun así, pocos monumentos en la actualidad pueden ser observados tan libremente como los de Angkor.