En la plataforma superior sólo quedan los restos de una nueva plataforma piramidal de 2,5 m de altura, también con cuatro escaleras, sobre la que se cree que se erigía un pequeño santuario, construido en una época posterior.
Un relato del siglo XII afirma que dicho santuario era utilizado todas las noches por el rey Jemer para yacer junto a una mujer con cuerpo de serpiente naga y dotada de poderes mágicos.
[2] Según ese mismo relato, la cúpula del santuario desaparecido estaba rematada en oro.
[3] Las escaleras de subida al templo estaban flanqueadas por estatuas de leones, y en las esquinas hubo también esculturas representando elefantes.
El nombre del templo es una deformación de las palabras sánscritas vimana (Palacio de los dioses) y akasha (cielo).