Este rol esencial de la angiogénesis en el crecimiento tumoral fue propuesto por primera vez en 1971 por Judah Folkman, quien describió los tumores como "calientes y sangrantes", demostrando que, al menos para la mayoría de las estirpes tumorales, la perfusión e incluso la hiperemia son característicos.
[4] Esta señalización biológica activa receptores en las células endoteliales presentes en los vasos sanguíneos preexistentes.
Las células endoteliales posteriormente proliferan en la matriz circundante y forman brotes sólidos conectando vasos vecinos.
Hay cuatro fases descritan en la angiogénesis intususceptiva: La intususcepción es importante porque es una reorganización de las células existentes.
Esto es especialmente importante en el desarrollo embrionario, ya que no hay suficientes recursos para crear una microvasculatura rica con nuevas células cada vez que se desarrolla un nuevo vaso.
La angiogénesis terapéutica puede simularse mediante materiales cargados de fármacos o activados por genes.
Las células cancerosas pueden desprenderse de un tumor sólido determinado, entrar en un vaso sanguíneo o linfático y trasladarse a un sitio distante, donde pueden implantarse y comenzar el crecimiento de un tumor secundario o metástasis.
La estabilidad genómica junto a su longevidad (comparada con las célula tumorales), pueden ser un blanco ideal para las terapias dirigidas contra ellas.
La investigación de la angiogénesis es un campo amplio en la investigación del cáncer, y se sugiere que las terapias tradicionales, como radioterapia, puedan actuar más eficazmente en parte apuntando hacia el compartimiento endotelial genómicamente estable de la célula, más que en el compartimento genómicamente inestable de la célula tumoral.
Las células tumorales desarrollan resistencia rápidamente debido al tiempo de generación rápido (días) y a la inestabilidad genómica (variación), mientras que las células endoteliales son un buen blanco debido a un periodo de duplicación largo (meses) y estabilidad genómica (variación baja).