Los británicos dividieron el territorio en dos provincias: Florida Oriental, con capital en San Agustín, y Florida Occidental, cuya capital fue Pensacola.
Durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos España reconquistó militarmente el territorio.
La soberanía española sobre Florida quedaría plasmada en el tratado de Versalles de 1783.
En 1821 Florida y Oregón fueron transferidos por España a los Estados Unidos a cambio de Texas, según el Tratado de Adams-Onís.
Inicialmente la región fue gobernada por el comandante de las fuerzas militares que aseguraron el control estadounidense en la zona.