Durante el ataque que le siguió, los ingleses fueron repelidos por los franceses sufriendo numerosas bajas.
Fue liberado poco después y acusó de la derrota a la milicia colonial por no cumplir las órdenes.
En 1761, Grant dirigió una expedición contra los Cherokee durante la guerra entre los indígenas y los británicos.
Estuvo una breve temporada en Fort Ticonderoga, tras lo que se trasladó con su regimiento al escenario caribeño de la guerra Franco-india.
El trasladó la capital a San Agustín (Florida) y estableció las fronteras con Georgia.
Durante los años previos a la Revolución Americana se convirtió en uno de los más importantes anti-colonos.
Tras la batalla de Bunker Hill sugirió al general Thomas Gage trasladar las tropas a Nueva York, para tener más espacio de maniobra, aunque su consejo fue ignorado en un primer momento.
Desarrolló dos planes, ambos diseñados para ganar el control del territorio y asestar un golpe fatal al Ejército Continental que fueron puestos en práctica en Island y en White Plains con sendas victorias británicas.
Tras la victoria, Grant fue criticado por algunos por haber permitido la huida de demasiados hombres del enemigo.